This is my excavation
and today is Kumran.
Respira hondo. Toma impulso.
Deja que te inunde.
Duele. Claro que duele. Pero no
huyas del dolor. No puedes, y no debes.
Ahora. Siéntelo.
Los puños cerrados. Los ojos nublados.
Las mejillas encharcadas. La garganta desgarrada de gritar y gritar. Y el
corazón, hecho pedazos, que se te escapa a cada respiración.
Vuelve. Respira. Tranquilo.
Pensabas que sabías lo que era el
dolor, pero no era así, ¿verdad? No hay nada que se le parezca. Cuando lo
sientes, lo sabes. Como el amor. Al fin y al cabo, son las dos caras de una
misma moneda.
Dicen que el tiempo lo cura todo.
No es cierto. No te engañaré: esto no se irá. Pero pronto será sólo una leve
punzada, un molesto zumbido, un breve temblor. Aprenderás a vivir con ello.
No hay más. Pero tampoco menos.
Recuerda por qué sufres. Recuerda lo que has vivido. Sabes que ha valido la
pena. Sabes que habrías dado cualquier cosa por vivirlo. Sabes que será parte
de ti para siempre.
No te tortures. No te
compadezcas. No te pierdas.
Volverás a sonreír, a aprender, a
bailar, a ilusionarte. Pero no tengas prisa. Reconstruir una vida no es tarea
fácil. Demonios, es lo más duro que harás nunca. Pero eso también merecerá la
pena.
Y, cuando vuelva este dolor (volverá, no lo dudes), recuerda
que es un dolor necesario. Así
que respira hondo, toma impulso y…
This is not the sound
of a new man
or crispy
realization;
it’s the sound of the
unlocking and the lift away:
your love will be
safe
with me.
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