miércoles, 28 de noviembre de 2012

Películas IV



10.- Blade Runner, de Ridley Scott.
Es curioso, pero creo que en el momento de verla, esta película no me fascinó tanto. Es decir, me di cuenta de que era muy buena, pero… tengo la sensación de que, con el tiempo, el recuerdo la ha convertido en una de mis favoritas, y en cambio mientras la veía no me entusiasmó tanto como otras que ya han aparecido en la lista. En resumen: tengo que volver a verla. Pero una cosa es segura: es un peliculón, me guste más o menos. Sólo por el discurso final de Rutger Hauer merece la pena verla diez veces.

9.- El Caballero Oscuro, de Christopher Nolan.
Suelo decir que, de todas las películas de Nolan, Memento (ausente de esta lista por muy poco) es en realidad la más redonda. Entonces, ¿por qué me gusta más El Caballero Oscuro? En primer lugar, porque es más grande: cuenta una historia descomunal de manera tremendamente efectiva, y te sacude brutalmente. En segundo lugar, el universo de Batman me ha fascinado desde hace años, desde mis primeros acercamientos al mundo de la ficción. Y en tercer lugar: Heath Ledger.

8.- El Sur, de Víctor Erice.
Es increíble lo que consigue esta película, la única española de la lista. La historia de una hija de maestros republicanos que crece en un pueblo del norte de España, de la soledad y la tristeza que sólo aplacan el amor de su padre y las maravillosas historias sobre el Sur, ese lugar semi-mítico que la acompaña siempre pese a no haber estado nunca allí, me tocó muy hondo. Especialmente reseñable es el trabajo de un mito, José Luis Alcaine, en la fotografía. Lo increíble es que el film está sin terminar. Se quedaron sin fondos a mitad. Y aun así, pese a que no aparece el personaje del gran Fernando Fernán Gómez, es perfecta.

7.- Senderos de Gloria, de Stanley Kubrick.
Tercera y última película de Kubrick que aparece en esta lista. Casualmente (o quizás no tanto), es la primera que vi. Hay muchos niveles a los que esta película me marcó. Reconozco que, como con tantas cosas en mi vida, está asociada a una canción, y eso tiene su peso. Pero los méritos cinematográficos son apabullantes (una palabra que le va mucho a Kubrick). Técnicamente impecable e innovadora, la historia que cuenta está cerca de deslizarse hacia lo tópico, y sin embargo se mantiene vibrante y honesta, gracias en gran medida a un gran Kirk Douglas. Y esa escena final…

6.- Ser o No Ser, de Ernst Lubitsch.
Un clásico. La comedia más perfecta, más clásica, más efectiva, que he visto nunca. También tengo buenos recuerdos asociados a ella, pero en este caso lo que pesa es el puro genio de Lubitsch para convertir en hilarante la invasión nazi de Polonia. Así de simple. Un equilibrio perfecto entre gags absurdos y una historia emocionante y cómica a partes iguales. Brillante.

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