10.- Blade
Runner, de Ridley Scott.
Es curioso, pero creo que en el
momento de verla, esta película no me fascinó tanto. Es decir, me di cuenta de
que era muy buena, pero… tengo la sensación de que, con el tiempo, el recuerdo
la ha convertido en una de mis favoritas, y en cambio mientras la veía no me entusiasmó
tanto como otras que ya han aparecido en la lista. En resumen: tengo que volver
a verla. Pero una cosa es segura: es un peliculón, me guste más o menos. Sólo
por el discurso final de Rutger Hauer merece la pena verla diez veces.
9.- El Caballero Oscuro, de
Christopher Nolan.
Suelo decir que, de todas las
películas de Nolan, Memento (ausente de esta lista por muy poco) es en realidad
la más redonda. Entonces, ¿por qué me gusta más El Caballero Oscuro? En primer
lugar, porque es más grande: cuenta una historia descomunal de manera
tremendamente efectiva, y te sacude brutalmente. En segundo lugar, el universo
de Batman me ha fascinado desde hace años, desde mis primeros acercamientos al
mundo de la ficción. Y en tercer lugar: Heath Ledger.
8.- El Sur, de Víctor Erice.
Es increíble lo que consigue esta
película, la única española de la lista. La historia de una hija de maestros
republicanos que crece en un pueblo del norte de España, de la soledad y la
tristeza que sólo aplacan el amor de su padre y las maravillosas historias
sobre el Sur, ese lugar semi-mítico que la acompaña siempre pese a no haber
estado nunca allí, me tocó muy hondo. Especialmente reseñable es el trabajo de un mito, José Luis Alcaine, en la fotografía. Lo increíble es que el film está sin
terminar. Se quedaron sin fondos a mitad. Y aun así, pese a que no aparece el
personaje del gran Fernando Fernán Gómez, es perfecta.
7.- Senderos de Gloria, de
Stanley Kubrick.
Tercera y última película de
Kubrick que aparece en esta lista. Casualmente (o quizás no tanto), es la
primera que vi. Hay muchos niveles a los que esta película me marcó. Reconozco
que, como con tantas cosas en mi vida, está asociada a una canción, y eso tiene
su peso. Pero los méritos cinematográficos son apabullantes (una palabra que le
va mucho a Kubrick). Técnicamente impecable e innovadora, la historia que
cuenta está cerca de deslizarse hacia lo tópico, y sin embargo se mantiene
vibrante y honesta, gracias en gran medida a un gran Kirk Douglas. Y esa escena
final…
6.- Ser o No Ser, de Ernst Lubitsch.
Un clásico. La comedia más
perfecta, más clásica, más efectiva, que he visto nunca. También tengo buenos
recuerdos asociados a ella, pero en este caso lo que pesa es el puro genio de
Lubitsch para convertir en hilarante la invasión nazi de Polonia. Así de
simple. Un equilibrio perfecto entre gags absurdos y una historia emocionante y
cómica a partes iguales. Brillante.
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