5.- La Colmena ,
de Camilo José Cela.
Siempre me ha sido muy difícil elegir entre La Colmena y La Familia de Pascual Duarte.
Son dos libros que me encantan, y que marcaron un antes y un después en mi vida
como lector. Sin embargo, aunque La
Familia de Pascual Duarte amplió mis horizontes en cuanto a
técnicas para contar una historia, y creo que la disfruté más mientras la leía,
La Colmena
sigue siendo la mejor novela, en el sentido clásico, que he leído. La forma de
cruzar historias y personajes es magistral, las descripciones consiguen que te
metas de lleno en el ambiente de Madrid en la posguerra, y la conclusión es
sencillamente perfecta. Quizás La
Familia de Pascual Duarte sea más pasional, visceral, y
consiga descolocarte más, pero La
Colmena es una obra maestra de la Literatura Universal.
Y eso cuenta.
4.- The Sandman, de Neil Gaiman.
Vale, está claro: The Sandman no
es exactamente una novela. Pero tampoco es un cómic al uso; es una historia que
se concibe como una novela y se desarrolla como una serie mensual de cómics.
Pero su valor literario es el de una gran novela trágica: es la historia del
Rey del Sueño, que es encerrado durante setenta años en una cárcel de cristal,
y que cuando consigue escapar ha cambiado más de lo que quiere admitir. Tal vez
más de lo que puede aceptar. A lo largo de diez arcos argumentales, que narran
desde un descenso a los infiernos que acaba de forma sorprendente hasta
pequeñas historias sueltas, con una mera conexión simbólica con la historia
principal, Neil Gaiman retrata personajes sobrenaturales y mundanos por igual,
conectando todas las historias a través de la familia de los Eternos: Destino,
Muerte, Sueño, Destrucción, Deseo, Desesperación y Delirio. Los Eternos no son
dioses: son la proyección, la encarnación de los actos humanos y animales que
denotan sus nombres. Esta forma de concebirlos los une estrechamente a la raza
humana, y eso hace que, como todas las grandes historias, sea una reflexión
profunda acerca de la naturaleza humana y de la vida en nuestro tiempo. Además
de todo esto, es una historia sobre historias: el propio Morfeo ostenta el
título de Príncipe de las Historias, y es que The Sandman es una obra que se
observa a sí misma, a su medio y a la literatura en general. Probablemente
ninguna lectura reciente haya trastocado tanto mi concepción de la literatura.
Para rematarlo, los múltiples dibujantes de The Sandman hacen un trabajo
excepcional, convirtiendo The Sandman en un trabajo completo, que saca partido
de las ventajas visuales que ofrece el cómic y del gran talento como escritor
de Neil Gaiman. Atentos a los juegos del autor con la disposición de las
viñetas: crea un ritmo sensacional, emulando el uso de los versos y las
estrofas en un poema.
3.- Watchmen, de Alan Moore (y
Dave Gibbons: dibujante).
Esta sí es claramente una novela
gráfica: doce capítulos, las doce horas de un reloj que anuncia el fin del
mundo. Si se puede hacer una comparación, Watchmen es al cómic lo que Guerra y
Paz a la novela: la gran obra que define un género, la piedra angular sobre la
que cualquier otro artista erigirá sus creaciones. Si, en The Sandman, Neil
Gaiman jugaba con e ritmo de las viñetas, en Watchmen Moore sencillamente
convierte el cómic en un arte. Mediante la simetría de todas y cada una de las
dobles páginas, los juegos de imágenes y las historias entrecruzadas narradas
en el mismo plano, el genio británico convierte esta novela gráfica en una obra
complejísima, profunda y que merece la pena volver a leer: nunca sabes lo que
puedes no haber visto. Los personajes
son absolutamente memorables: el Búho Nocturno, un tipo corriente que se
enfrenta problemas que le sobrepasan; el azulado y sobrehumano Dr. Manhattan,
con su omnisciencia y su extraña indiferencia hacia la raza humana; la hermosa
Espectro de Seda, atrapada por un pasado en el que no se reconoce; el hombre
más inteligente del mundo, Ozymandias; el mítico Comediante, siempre dispuesto
a la violencia y la risa; y, por supuesto, el incorruptible Rorschach, el
hombre que lo ve todo en blanco y negro, el más drástico de todos. Sus
historias, de por sí, merecen la pena. Pero, además de todo ello, encontramos
una exposición radical y brillante de distintas posturas filosóficas y morales
frente a los problemas con que topan estos héroes de tres al cuarto.
Imprescindible.
2.- El Jinete Polaco, de Antonio
Muñoz Molina.
Después de tirarme cuatro meses
para conseguir terminar este libro, más me valía que fuera genial. Pues sí, lo
es, sin duda. No es fácil de leer, aunque engancha: la prosa de Muñoz Molina es
densa e intrincada, y desentrañarla lleva su tiempo. Pero el premio es
incomparable. Más allá de los múltiples niveles de la historia que cuenta, de
las idas y venidas en el espacio y el tiempo, de la forma en que los recuerdos
se forman poco a poco en la página, de manera dispersa, para después
recomponerse en tu imaginación, está la estructura del libro: se compone de
tres grandes capítulos que se completan los unos a los otros, que complementan
la información que se da en cada uno de ellos hasta formar un gran tapiz y, a
falta de diez páginas, de pronto, todo cobra sentido, todo encaja; es
magnífico, es brillante, es perfecto. Si La Colmena era la mejor novela de historias
entrecruzadas, El Jinete Polaco es la mejor novela de un solo personaje que he
leído: desde un principio te dice cómo va a acabar, para crear toda la psique,
todo el pasado del protagonista, y permitirte así entender cómo todo ha cobrado
sentido. De verdad, merece la pena que la leáis.
1.- Cien Años de Soledad, de
Gabriel García Márquez.
¿Qué puedo decir de esta novela
que no se haya dicho ya? Muchos la consideran una de las tres novelas más
grandes de la literatura en español; no he leído tanto como esa gente, pero me
cuesta creer que vaya a encontrar dos libros (o uno siquiera) capaces de
desbancar esta obra maestra del realismo mágico. No sé qué es lo que tienen los
escritores latinoamericanos, pero es maravilloso. Consiguen hacer plausible lo
imposible. Márquez consiguen que creas que Remedios, la Bella , ha ascendido al
cielo, tal que así; es lo más natural del mundo. El universo de Macondo me
atrapó desde el principio, y nunca me ha dejado escapar. El mundo es distinto
desde que conviví con el Coronel Aureliano Buendía, con la matriarca, Úrsula,
con la apasionada Meme, con el gitano Melquíades, con la buena de Santa Sofía
de la Piedad ,
con el bastardo Aureliano Babilonia… con tantos personajes inolvidables, con la
familia más caótica, irreal y humana que he tenido la suerte de conocer. Al
igual que sucedía con El Jinete Polaco, el final de esta novela te hace
entender el porqué de su existencia, de su complejidad; pero en este caso la
sensación es aún más intensa. Nunca he vuelto a experimentar lo que sentí al
terminar de leer Cien Años de Soledad, y no creo que ocurra; cuatro años
después, el recuerdo de esa sensación, de esa luz, de ese velo descorrido ante
mis ojos, es igual de vívido. Un momento de lucidez extrema, que me permitió
ver la vida de otra manera. No puedo decir nada más: es un libro que se explica
sólo, con la única condición de que se lea con pasión e inocencia. Es una puerta
para conocer América Latina, y, cómo en todos lados, no es posible entender ese
continente sin inocencia.
Nada más. Espero que os gusten
estos libros, que los leáis si no los conocéis y, si los habéis leído, que
disfrutéis recordándolos, sin que mi descripción lo entorpezca. Un saludo.
Coincido respecto a las novelas de Cela. Pascual Duarte es más visceral, pero el retrato que hace de la sociedad, de la gente, de los sentimientos en La Colmena, hacen que me decante por esta última.
ResponderEliminarEl resto no las he leído, así que engroso mi lista de novelas pendientes. ;)
No me puedo creer que no hayas leído Cien Años de Soledad. Es tan... tú XD Te va a encantar, te recomiendo que lo leas este verano. Es un libro para el verano... bueno, para cualquier estación, en realidad, pero el verano lo hace especialmente atractivo.
EliminarMe quedo con La Colmena antes que con Pascual Duarte, pero tampoco sé si la metería en un top five...
ResponderEliminarY Cien Años de Soledad...en fin, bueno antes de nada digo que no me he leído el resto, pero me han hablado muy bien de The Sandman y creo que va a ser de lo próximo que lea.
Ahora sí: Me encanta Cien Años de Soledad, y estoy muy muy de acuerdo contigo con lo de la literatura latinoamericana...¿qué tiene? En serio, es algo que me lo pregunto. Es que me pongo a pensar y entre mis favoritas tengo que poner a Laura Esquivel, porque Como agua para chocolate me encantó no sé si te lo has leído, pero te lo recomiendo, y creo que también coincide con Cien Años de Soledad y con El amor en los tiempos del cólera o cualquier novela de Vargas Llosa (de él he leído más...aunque me pese) en que tienen como historias pequeñas de cada personaje que te meten en el contexto de una forma tan directa que es como si vivieras la historia, pero no como cualquier novela plantea, que de hecho suelen hacerlo muchas, de una forma más especial, dejas de leer y la historia te acompaña, y bueno, igual a ti no te ha pasado, pero luego tu vida te parece muy aburrida y tratas de comparar cualquier relación que tienes o cualquier situación con alguna de los personajes de estas novelas, es que te marcan y las tienes presentes siempre, pero bueno, que no tengo ni idea de por qué es así.
La Colmena ha estado ahí ahí con A Sangre Fría, de Truman Capote. Pero finalmente ha pesado más el ser un anovela de verdad, y una una historia real novelada. De todas formas, si no has leído A Sangre Fría, te la recomiendo muy mucho.
EliminarA mí lo de comparar mi vida con las novelas... no me suele pasar, pero la verdad es que tengo una puta suerte que no me la creo y mi vida es bastante guay de por sí. O a mí me lo parece. Lo que sí es verdad es que esas historias forman parte de mí, es como si las hubiera vivido. Con las películas eso no me pasa, salvo raras excepciones. Pero con estas novelas, y algunas más de la lista (que es más larga) sí que me sentí muy inmerso.
Por cierto, tengo una pregunta que hacerte, ¿Y La vida es sueño, no está en tu top 5?
ResponderEliminarMe gustan las entradas de literatura, me gustaría que hicieras alguna de tus top 5 en filosofía "pura" (no es que no tenga la literatura, a mi parecer toda tiene, pero sí de obras filosóficas por excelencia, más uqe nada por compartir y tal).
La vida es sueño es una obra de teatro, no una novela. Pero de todas formas la tengo que volver a leer, que hace siglos que no la leo.
EliminarPues... no creo que haya leído suficientes libros de filosofía para hacer una lista decente.
Yo me quedo con Pascual Duarte, no porque sea mejor, la verdad, coincido con tu análisis de ambas, pero tengo motivos personales para ello.
ResponderEliminarNo puedo creer que metas aqui The Sandman (en realidad no le leido, epro lo conozco y parece un comic, es más que nada por meterme contigo) y rechaces La vida es sueño por ser teatro.
Me parece una idea genial esta entrada.
¿Sabes qué? Es mi lista, no tu lista, y yo hago con mi lista lo que me da la gana =P
EliminarThe Sandman es un cómic y Watchmen también, pero los considero novelas. Cuando lo leas (más te vale leerlo) ya me criticas XD